qué hago con el enorme vacío
que hay entre segundo y segundo
ahora que tu ausencia es mi única
compañía?
No hay lágrimas.
No hay sonrisas.
No hay sueños.
No hay pesadillas.
No hay silencio.
Hay nadie.
No hay.
Y hay todo.
Todo y nada,
La medida exacta
de todo
lo que alguna vez
en sueños perversos
de opio, alcohol y sexo
logramos ser.
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