miércoles, febrero 11, 2015

Ahora

¿Qué encontraste en tu silencio
que se te hizo vicio?
Fue paz, ¿tal vez?
¿Alguna sonrisa, quizá?
¿De repente esperanza?
O, tal vez,
     quizás,
     de repente,
     posiblemente,
te encontraste tú.
                    Y yo
carcajeando de alegría
(porque luego de tantas horas mudas
es todo lo que me queda)
bendeciré tu descubrimiento
hasta que en mis huesos no quede
ni el más leve,
mínimo,
ínfimo,
suspiro de envidia.
            (O soledad)











No hay comentarios: